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La lactancia, sin saber antes

"L’ Allaitement, sans savoir avant" - You&Milk
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Escrito por You&Milk - Actualizado el 25 jul 2024

Resumen :

    Esta frase podría resumir por sí sola la forma en que hubo, en mi vida de mujer, de mamá, un antes, pero sobre todo, un después.

    Aurélie y Thelma en la maternidad, un primer encuentro conmovedor entre una madre y su bebé - El testimonio de una madre: la lactancia sin saber antes
    Si me hubieran preguntado hace apenas dos años si iba a amamantar a nuestro futuro bebé, les habría respondido (lo que respondía en ese entonces, por cierto) "no sé, ya veré".

    Cada mujer es diferente y afronta la lactancia a su manera, reflexionando antes o dejando que las cosas lleguen a ella, sin proyecciones.

    Entonces sí, hay mujeres que dicen sin rodeos "yo la lactancia, es algo evidente, ni siquiera se cuestiona". Pues sí, en realidad, se cuestiona... porque aunque se quiera con todas sus fuerzas, con todo su amor maternal, a veces, la Naturaleza no nos ayuda.
    Nuestras fuerzas nos abandonan.
    No fui de esas y lo asumo. Lo asumo porque sigo convencida (y eso es solo mi opinión) de que fue precisamente al no ponerme ninguna presión "antes," que logré mi lactancia durante, y desde hace casi 16 meses ya.

    No hay UN buen consejo para dar sobre cómo preparar la Lactancia.

    Era tan reconfortante y tranquilizador para mí ver que mi marido se involucraba en la cuestión de la Lactancia. Siempre sin presionarme.

    Verán, tengo un amor que se preparó para la Lactancia (una ironía, me dirán, cuando se sabe que la futura mamá que yo era ni siquiera sabía si iba a amamantar! ¡Ja, ja!), que leyó mucho sobre el tema.
    En ningún momento me dijo «de todas formas Aurélie, es evidente, vas a amamantar».
    Él sabía, al contrario, que la mejor manera de acompañarme, de llevarme quizás a considerarlo, a reflexionar serenamente, era dejarme toda la libertad para tomar esa decisión.

    La Lactancia es algo muy personal, se puede hablar antes, con el futuro papá, con tu mamá (¡incluso si ella no amamantó!), tus hermanas, amigas, seres queridos, tu ginecólogo,...

    La Lactancia no debe ser fruto de una presión familiar o social.
    Hoy en día, a menudo hacemos las cosas por convicción, claro, pero también a veces bajo el peso de un esquema (que creemos perfecto), esquema que a menudo transmiten las redes sociales, al menos, lo que ellas quieren mostrarnos.

    Sí, hay cuentas benevolentes, por supuesto (¡afortunadamente!), pero una futura mamá un poco perdida, insegura, puede sentirse desamparada y acomplejada frente a esas imágenes de mamá lactante perfecta que algunas pueden proyectar.

    Eres tú y solo tú quien sabrá cuando llegue el momento, pero necesitarás el mayor apoyo de quienes amas, especialmente de la persona que comparte tu Vida.

    Quise liberarme de eso, y durante mi embarazo, consultaba muy poco las cuentas y blogs de mamás lactantes.
    Estaba más preocupada por llevar un embarazo sereno y sin riesgos para nuestra futura niña.
    Practiqué yoga prenatal, aquagym para mujeres embarazadas (¡LA felicidad de flotar ligera en el agua cuando has subido 20 kilos!), reiki, meditación, relajación,... todo lo que pudiera estar relacionado con el bienestar y el dejarse llevar.
    Con el futuro papá, también practicamos la Haptonomía (le dedicaré un artículo en el blog), lo que nos aportó a la vez mucha calma, emoción y momentos muy bonitos a dos, a tres.
    El bienestar y la salud de nuestro bebé era LA prioridad.
    La cuestión de la Lactancia era menos "central" - pero no menos importante - porque, en mi opinión, se plantearía más tarde, cuando nuestro bebé estuviera aquí.

    Eso no nos impidió equiparnos de antemano para preparar la Lactancia comprando el pequeño ajuar de la mamá lactante: discos absorbentes, crema calmante para las posibles (que realmente fueron reales, ¡así que gracias pequeño tubo por hacer milagros!) grietas, protectores y sujetadores de lactancia.

    Gracias a eso, podíamos decirnos: estamos listos.

    Lo "curioso" es que en ningún momento consideramos o pensamos en comprar leche de fórmula, "por si acaso", como dicen algunos.
    Al escribir esto, me doy cuenta de que todos esos pequeños detalles eran en realidad señales que me decían con una vocecita "estás lista para esto, solo que no lo sabes".

    Mi evidencia "personal" en la lactancia llegó contigo, Thelma.
    Una madre amamantando a su hijo por primera vez - El testimonio de una madre: la lactancia sin saber antes

    ¿Cuándo supe que iba a amamantar?
    Y bueno, en el momento en que todo fue tan intenso que nada era racional, en el momento del ENCUENTRO. De nuestro encuentro los tres.

    Es increíble cómo el instinto maternal, sí ese famoso "algo" para el que no hay palabras, cómo te conquista en una fracción de segundo, sin cambiarte, sin traicionarte, no, solo porque estaba ahí dentro de ti, y un pequeño ser vino a darle la libertad de expresarse. Estoy convencida de que la lactancia forma parte de eso. Está ahí, enterrado en ti o tan evidente como todo, y en el mismo instante en que tu bebé te mira por primera vez, cuando busca tu pecho cálido y reconfortante, lo sabes.

    Cuando Thelma nació (seguramente la asistieron con fórceps, mi amorcito...), no respiraba, así que solo la tuvimos contra nosotros unos segundos para darle la bienvenida y contemplarla, porque fue atendida muy rápido por la pediatra, a pocos centímetros de nosotros, lo que nos permitía hablarle sin apartar la vista, antes de abrazarla.
    Su papá estaba junto a ella para tranquilizarla y decirle que pronto, los tres nos abrazaríamos muy fuerte.

    Luego vino ese instante en que escuchamos su pequeño llanto, ese que te libera, que te arranca el aliento del mayor alivio de tu vida.

    La partera, mientras el ginecólogo me atendía (aquí les ahorro los detalles ;-)...), me hizo la pregunta, esa pregunta «¿quiere que le ponga a Thelma al pecho, desea amamantarla?». Y bueno, sin siquiera pensarlo, sin siquiera decirme «¿lo hago o no?», respondí «¡Oh sí!».

    Nada volvió a ser como antes y me encantó esa sensación de dejarme llevar con total confianza y sin presión

    Y ahí, puedo decirles que los 9 meses en los que realmente no me hice la pregunta dieron paso a la evidencia del instante: estaba hecha para amamantar a Thelma, para compartir eso contigo.

    No lo sabía, pero iban a comenzar meses de amor puro, de piel con piel, de tomas cariñosas, consolando un llanto, calmando el más mínimo de tus hambres, tarde en la noche o muy temprano en la mañana,…

    Sí, no lo sabía ANTES, pero ¿cómo podría vivir sin eso ahora? ...

    Momento familiar de la faMILKy - El testimonio de una madre: la lactancia sin saber antes

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